La industria automotriz se encuentra en una etapa de transformación sin precedentes. La digitalización, la inteligencia artificial y la optimización logística han revolucionado los procesos de producción, pero también plantean interrogantes sobre el empleo y la competencia global. ¿Cómo están enfrentando las automotrices estos cambios y qué rol juega China en el escenario actual
La evolución tecnológica ha impactado a todas las industrias, y el sector automotriz no es la excepción. La automatización y la inteligencia artificial han permitido mejoras en la eficiencia y la producción, pero también han generado debates sobre el futuro del empleo en el sector. Thierry Charvet, director de Industria y Calidad del Grupo Renault, explicó cómo la compañía se adapta a estos cambios desde su planta en Santa Isabel, Córdoba.
Uno de los principales desafíos de las fábricas locales es mantener un flujo de suministros constante para evitar interrupciones en la producción. «Nuestra prioridad es garantizar la disponibilidad de piezas sin necesidad de fabricar en cada país donde operamos», comentó Charvet. Para ello, Renault cuenta con depósitos estratégicos, como uno de gran capacidad en Curitiba, Brasil, que permite mantener un stock de seguridad y reducir el impacto de factores externos como huelgas o condiciones climáticas adversas.
Además de la logística, la optimización de procesos es un pilar fundamental para la industria. La implementación de sensores en las líneas de producción ha permitido un monitoreo en tiempo real de las fábricas en todo el mundo. Con más de 30.000 equipos conectados y el análisis de 3.000 millones de datos diarios, Renault ha logrado detectar fallas antes de que se conviertan en problemas mayores. La inteligencia artificial juega un papel clave en esta transformación, optimizando tiempos y reduciendo errores.
Más allá de la producción, la tecnología también está revolucionando la experiencia del usuario. Renault ha desarrollado un sistema basado en IA que permite a los clientes describir fallas en sus vehículos utilizando lenguaje natural, facilitando diagnósticos precisos y reduciendo los tiempos de reparación. Sin embargo, el avance tecnológico también despierta preocupaciones sobre la reducción de puestos de trabajo. «No vemos esto como una revolución, sino como una evolución progresiva que comenzó hace décadas con la automatización», sostuvo Charvet, quien destacó que la digitalización no necesariamente reduce empleos, sino que mejora la calidad del producto y la satisfacción del cliente.
Por otro lado, el mercado automotriz enfrenta una creciente competencia con la irrupción de las marcas chinas. Gracias a su capacidad de producción masiva, el respaldo estatal y precios altamente competitivos, los fabricantes chinos han ganado terreno en la industria global. «Hace 20 años temíamos la invasión de los autos japoneses, hoy la preocupación son los eléctricos chinos, cuya tecnología y costos son más avanzados que los europeos», explicó Charvet. A pesar de esto, señaló que la adopción de los autos 100% eléctricos sigue siendo baja, lo que da margen a las automotrices tradicionales para recuperar terreno.
El futuro de la industria automotriz está marcado por la innovación y la competencia global. La digitalización y la inteligencia artificial están redefiniendo la producción y el servicio al cliente, mientras que el avance de China representa un desafío que las automotrices deben enfrentar con estrategias de diferenciación y mejora continua. La transformación está en marcha, y adaptarse a ella será clave para el éxito en la nueva era de la movilidad.
FUENTE: La Nación