El reciente anuncio del presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre la imposición de un arancel del 25 % a los vehículos y piezas automotrices importadas ha generado un verdadero terremoto en los mercados financieros. Fabricantes de todo el mundo enfrentan incertidumbre mientras sus acciones caen en picada y analistas advierten sobre el impacto en la industria.
El efecto inmediato de esta medida se reflejó en las principales bolsas de valores, donde empresas como Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz, Porsche y Continental perdieron cerca de 4,500 millones de euros en valor de mercado. La posibilidad de un encarecimiento de los vehículos y mayores costos operativos ha generado preocupación entre inversionistas y fabricantes, quienes ahora deben decidir si trasladan parte de su producción a EE.UU. o asumen los costos adicionales.
La medida, según la administración de Trump, busca incentivar la producción local y proteger el empleo en el sector automotriz estadounidense. Sin embargo, algunos ejecutivos dudan en tomar decisiones apresuradas, ya que consideran que esta política podría ser temporal y cambiar con una futura administración. Empresas como Volvo, Audi, Mercedes-Benz y Hyundai ya habían previsto algunos cambios en su producción para este año, pero otras marcas enfrentan mayor incertidumbre.
Mientras tanto, la volatilidad en los mercados sigue aumentando. Stellantis y Porsche registraron caídas cercanas al 4 %, Mercedes-Benz perdió un 2.8 % y gigantes como General Motors y Ford también sufrieron descensos del 6.5 % y 4.3 %, respectivamente. El impacto más fuerte lo sufrió Porsche, que no cuenta con plantas de producción en EE.UU., con una caída del 4.9 %.
Con este nuevo frente comercial abierto, los fabricantes deberán evaluar sus estrategias para enfrentar un escenario cada vez más complejo, en el que las decisiones políticas pueden cambiar las reglas del juego de un momento a otro.
Fuentes: El economista